Este Enrique, el VIII de Inglaterra, defendió a rajatabla la fe católica hasta el día en que la Iglesia le negó la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, lo cual lo enfureció de tal manera que montó su propia Iglesia en Inglaterra. Divorciose y casose con su amante Ana Bolena a quien mandó ejecutar porque le supo unas movidas raras. Viudo, casó con Ana de Clèves pero no le duró ni un un año y casó de nuevo con Catherine Howard, a la que, por no perder la costumbre, mandó ejecutar para casarse con Catherine Parr quien murió después que él (que si no, también hubiera sido pasada al papayo).
