miércoles, 6 de enero de 2010

¡Yo no fuí, Sherlock!

1854
Un 6 de enero Sir
Arthur Conan Doyle hizo nacer a Sherlock Holmes, detective superdotado y morfinómano irredento. Tanta fama le dió el susodicho a Don Arthur, que se le volvió insufrible, al punto de quererlo matar y en efecto matarlo en una de sus novelas, tirándolo a un precipicio en fiera y desigual batalla contra su archienemigo el profesor Moriarty. ¿Lo mató de verdad?...bueno, la gente puso el grito en el cielo y fue tal el clamor (y el billete que le ofrecieron) que decidió que no, que siempre no; que lo que pasó fué que Sherlock se agarró de unas ramitas y que no cayó al vacío...¡Papelito habla! (Y si es verde, hasta grita).

1 comentario:

  1. Y como suele suceder en todo gran hombre, también pesó la solicitud que le hizo su tierna madre de que no fuera a matar a semejante personaje de lo contrario se quedaría sin sus almuerzos del domingo...eso dicen las malas lenguas.

    ResponderEliminar