La Inquisición detiene en Roma al astrónomo Galileo Galilei quien andaba pisando los 70 años: y bien pisados pues ya casi se le había ido la vista. Lo acusaron de hereje por andar diciendo que la tierra giraba alrededor del sol y lo condenaron a arresto domiciliario de por vida (una pena risible si uno piensa en las quemazones públicas que armaba el Santo Oficio).
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