1890
nace Vyacheslav Mikhailovich Molotov, un político soviético que trabajó para Stalin y que mandó a matar un carajal de gente (a los que no mandó ejecutar, los mandó al Gulag), por no hablar aquí de las Grandes Purgas de 1936-1939, donde se firmaron 680.000 ejecuciones en dos años, ni del el 25 de noviembre de 1938 cuando en un sólo un día, él y Stalin firmaron la muerte de 3.173 personas, ni de la matanza de Katyn el 5 de marzo de 1940, cuando el politburo firmó la orden de ejecución de 25.700 miembros de la intelligentsia polaca, contando a 14.700 prisioneros de guerra polacos. Esta joyita dió su nombre al célebre
cóctel molotov o
bomba molotov, una bomba incendiaria casera que nació
en la guerra Ruso-Finlandesa Negra, cuando Mólotov le dijo por radio a los finlandeses que el ejército ruso no estaba bombardeando sino mandando alimentos. Los finlandeses, con su extraño sentido del humor, empezaron a llamar a las bombas rusas “canastas de comida Molotov” y respondieron que si "Molotov ponía la comida, ellos pondrían los cócteles".
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